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Las enzimas digestivas como terapia nutricional

enzimas digestivas naturales
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Las enzimas son sustancias naturales que produce nuestro organismo en varios lugares como la saliva, páncreas e intestino.

También se encuentran de manera natural en algunos alimentos como frutas y verduras tales como el jengibre, la piña, la papaya, el kiwi o el aguacate. Existen otras fuentes enzimáticas en los productos fermentados como el chucrut, kéfir y algunos productos fermentados lácteos como el yogurt o el queso.

 

Funciones de las enzimas digestivas

Las enzimas se dividen principalmente en tres grupos: Amilasas, Lipasas y Proteasas. Su función principal es la de digerir almidones, lípidos y proteínas respectivamente.

Existen otros enzimas que:

  • Digieren fibras como por ejemplo la celulasa o la alfa-galactosidasa
  • Otras capaces de digerir disacáridos tales como la lactosa o la sacarosa
  • Incluso a día de hoy, conocemos enzimas que apoyan la digestión de gluten y caseínas tales como las exopeptidasas o la dipeptidil peptidasa (DPP -IV).

 

Por tanto, un organismo con suficiente capacidad enzimática debería tolerar bien la mayor parte de los alimentos de la dieta gracias a que la descomposición de los nutrientes es correcta por la acción de sus enzimas digestivos.

 

Cuando el sistema se desequilibra

Debido a diversos factores tales como los malos hábitos de vida, alimentación desequilibrada y muy procesada, estrés crónico, toma de medicamentos y  presencia de tóxicos medioambientales, algunos órganos como el estómago, páncreas y microbiota acaban perdiendo funcionalidad o reduciendo su actividad.

En este punto, nuestro organismo pierde actividad enzimática produciendo síntomas de déficit enzimático tales como:

  • Digestiones pesadas
  • Malestar abdominal
  • Hinchazón
  • Gases
  • Cambios en la consistencia de las heces (Estreñimiento o diarrea según el caso)
  • Picor en la piel

 

Cómo recuperar actividad enzimática

 

Cómo recuperar actividad enzimática

Existen varias técnicas para reequilibrar los enzimas. Pero sin duda, la más importante es llevar a cabo una alimentación rica en vegetales, probióticos y alimentos ricos en enzimas digestivas puede ayudar a paliar estos síntomas.

También se consideran muy efectivos, periodos de ayuno (Sobre todo nocturnos) y reducir el número de comidas diarias. Esto ayudará a que el páncreas, estómago y microbiota tengan tiempo de recomponerse después de “haber trabajado” en la digestión de los alimentos.

 

Cuando hay que recurrir a los suplementos de enzimas y cuáles son los mejores

En ocasiones es necesario hacer uso de suplementos de forma temporal para así favorecer el reequilibrio de los órganos afectados y permitir que se reestablezcan los procesos de formación enzimática naturales. Por ejemplo, personas con un sistema digestivo muy alterado cuya capacidad enzimática es extremadamente baja y con pérdida de peso o imposibilidad de incluir ayunos en su dieta.

Las indicaciones de las enzimas son muy variadas y eficaces no solo en problemas digestivos como la dispepsia, disbiosis o insuficiencia pancreática, sino también en todas aquellas que puedan tener relación con órganos relacionados, como el páncreas o hígado, tales como la fibrosis quística, la Diabetes Mellitus de tipo II o intolerancias o alergias alimentarias como la celiaquía o la intolerancia a la lactosa.

Es importante seleccionar el suplemento adecuado ya que la estabilidad de las enzimas es importante para garantizar una acción adecuada. Además, deben ser resistentes al pH del tracto gastrointestinal y tener un origen vegetal y/o microbiano referente de calidad.

 

Algunas contraindicaciones en el uso de enzimas

En general se trata de un suplemento muy seguro para la población general, pero con el que debemos tener especial cuidado en determinadas situaciones, como, por ejemplo, las posibles alergias cruzadas a determinados alimentos con las que se formulan (Piña, papaya, Kiwi…).

También se debe tener especial cuidado si se toman junto a otros medicamentos como antidiabéticos orales o anticoagulantes puesto que pueden modificar su acción. Además, en casos de disbiosis importantes como SIBO o Helycobacter Pilory se ha de valorar que el uso de enzimas digestivos debe ir acompañado de un buen tratamiento probiótico para que la degradación de dichas enzimas a nivel intestinal sea óptima y no produzca daños sobre la pared propia del intestino.

Por último, no existen suficientes estudios para poder recomendarlas durante el embarazo o lactancia. De aquí surge la importancia de ser guiado por un especialista previo a tomar la decisión de utilizarlas. Son muy útiles para ayudar con diversos problemas digestivos pero la pauta, dosis e historia clínica de cada paciente es importante para evitar efectos adversos.

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