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Cándida intestinal, bucal, vaginal y sistémica

Candida bacteria
7 min Tiempo de lectura

Dicen algunas teorías de la evolución, que fueron los hongos los únicos que sobrevivieron a diferentes extinciones masivas en la tierra. Otras teorías nombran la posibilidad de que a partir de ellos surgieran diferentes formas de vida. Otros biólogos destacan la importancia de muchos de estos hongos en el mantenimiento de los ecosistemas gracias a su capacidad de degradación de materia, así como a diversas interconexiones que generan para mejorar la comunicación eléctrica de distintas especies vegetales.

A su vez, los hongos han formado parte de la alimentación humana desde sus orígenes. También han sido venerados por diferentes culturas, e incluso el conocido “hombre de hielo” portaba entre sus objetos, hongos deshidratados como tótem de protección. Otras especies son tóxicas y acaban con nuestra vida o nos producen problemas muy serios si los consumimos. Solo los más experimentados diferencian un hongo comestible de uno mortal.

Por tanto, los hongos, setas o reino Fungi, nos han acompañado desde los inicios de la historia, tanto para lo bueno, como para lo malo. Su entendimiento actual, todavía incompleto, es sumamente interesante a nivel de salud y enfermedad.

 

Cándidas y microbiota

Como vimos en el artículo de la microbiota intestinal y probióticos, algunos de nuestros acompañantes intestinales son hongos. De hecho, al conjunto de hongos de nuestra microbiota se le denomina “Micobiota” o “Micobioma”. Estos hongos son completamente normales y se encuentran principalmente en el intestino delgado (Duodeno y Yeyuno sobretodo). Es decir, al contrario que los géneros bacterianos que dominan el intestino grueso, los hongos dominan las primeras porciones intestinales.

Dentro de este reino Fungi, englobado en la denominada división “Ascomycota” se nos presenta una levadura denominada Candida Albicans (Que pertenece al género de Candida Spp). Esta se encuentra presente además del intestino, en la cavidad oral y en el aparato urinario.

Por tanto, su presencia es completamente normal, pero en ocasiones puede crecer de forma desmesurada si las condiciones de crecimiento son óptimas para ella (Dieta alta en azúcares, Diabetes, Oxígeno disponible, baja temperatura corporal, hipotiroidismo, disbiosis intestinal, toma de antibióticos, anticonceptivos o quimioterapia, exposición a mercurio o estrés).

De hecho, el 70-80% de las mujeres presentarán o han presentado un episodio de Candidiasis vaginal a lo largo de su vida, principalmente, porque la vagina reúne las condiciones óptimas para su sobrecrecimiento en caso de una disminución de la actividad inmune por motivos externos o por motivos fisológicos. La boca también es un lugar habitual donde se puede presentar la denominada candidiasis bucal (Ya que también tiene un entorno húmedo, de alta concentración de oxígeno y en contacto con azúcares dietéticos).

 

Síntomas de sobrecrecimiento de cándidas o candidiasis

Unos niveles bajos de cándida son completamente normales en nuestro organismo y ayudan al equilibrio óptimo de la microbiota en su totalidad, pero cuando esta levadura comienza a ganar terreno, desplaza al resto de microorganismos beneficiosos y comienzan a producirse síntomas desagradables, que según la zona afecta se manifiestan en lugares concretos o en lugares mixtos.

 

  • Brain Fog (Neblina mental o empañamiento a primera hora de la mañana o después de ingerir dulces).
  • Gases e hinchazón abdominal, sobre todo al comer carbohidratos o azúcares.
  • Mal aliento o sabor metálico nada más despertar.
  • Cansancio.
  • Ganas de comer dulce.
  • Dolores articulares.
  • Picor o escozor en la lengua, piel, vagina, pene o ano.
  • Lengua blanquecina con una capa mucosa.
  • Cambios en la dureza y color de las uñas.
  • Malas digestiones.
  • Cambios hormonales.

 

¿Existen pruebas para saber si tengo candidiasis?

 

Si. Y muchas. De hecho, es una prueba muy solicitada por parte de especialistas como ginecólogos (Vaginal), estomatólogos (Bucal), Dermatólogos (Dérmica) y Digestivos (Intestinal).

La prueba casera es tirar un esputo a primera hora de la mañana en un vaso de agua, si el esputo se hunde y se vuelve filamentoso, podría ser signo de cándida.

El problema es que muchas veces los síntomas, o la prueba del esputo pueden ser ineficaces o no son suficientes como para manifestarse de forma evidente y solo pueden ser pequeños síntomas los que nos avisan. Para ello existen diferentes pruebas que según el caso se pueden realizar, siendo las más utilizadas:

  • Anticuerpos Igg, IgM, IgA e Igg
  • Cultivo Vaginal
  • Cultivo en heces

 

Sin embargo, actualmente existen pruebas más modernas y específicas que ayudan a una mejor determinación como:

  • Antígeno. β-1,3-D-glucano
  • Estudios de microbiota por PCR
  • Estudios de metabolitos en orina (Arabinitol, tártara, citramalato, hidroximetilglutarato (HMG) y 5-hidroximetil-2-furanoico)

 

¿Y cómo puedo reducir el exceso de cándida en mi organismo?

A mis pacientes siempre les digo en consulta que hay tres aspectos clave a trabajar:

 

1º Reducir el aporte de nutrientes dietéticos a la cándida:

  • Evitar el consumo de azúcares, edulcorantes, harinas refinadas, cereales, pan, alimentos que contengan levaduras, lácteos (Sobre todo de vaca y oveja), legumbres, tubérculos, raíces, hortalizas, solanáceas, fruta (excepto plátano y arándanos), frutos secos y vinagre (Excepto el de manzana Ecológico).
  • Cepillar bien los dientes con dentríficos que contengan aceites esenciales y utilizar aceite de coco. Utilizar hilo dental para reducir los reservorios de cándidas interdentales.

2º Mejorar el aporte de nutrientes dietéticos que mejoren el resto de microbiota y sistema inmune:

  • Aumentar el consumo de alimentos vegetales bajos en carbohidratos, productos fermentados no lácteos, proteínas de calidad ricas en omega 3, grasas no animales como el aceite de coco y algas. También es interesante el vinagre de Manzana ECO que puede reducir las cándidas y otros patógenos.
  • Aumentar el consumo de tomillo, ajo, orégano, salvia y otras hierbas medicinales (Con prudencia según el caso)

3º Mejorar la temperatura corporal:

  • Actividad física, Sesiones de sauna, mejorar función tiroidea.

 

¿Esto me ayudará a eliminar todas mis cándidas?

Como hemos podido comprobar en este artículo, la cándida forma parte de un mundo de hongos que comparte beneficios con los seres vivos y que concretamente se sitúa en nuestra microbiota con efectos protectores. Pero si dejamos que crezca en exceso puede generar problemas que se manifiestan en diferentes órganos, pudiendo limitar nuestra calidad de vida.

Por este motivo, se recomienda que, en caso de padecer cándidas, sobre todo cuando ocurren de forma recurrente, se consulte con el especialista correspondiente para que las valore de forma adecuada y así podamos añadir al tratamiento antifúngico o antibiótico propuesto, la posibilidad de actuar en colaboración con el dietista, para implementar una serie de estrategias alimentarias y de suplementación que ayuden a un mejor reequilibrio. Porque no se trata de eliminar, sino de modular la cantidad.

Las cándidas (Microhongos), al igual que los macrohongos, nos han acompañado durante toda la evolución, y han decidido quedarse en nuestro intestino para protegernos. Pero tampoco hay que darles manga ancha, y que crezcan sin control, sino que debemos tenerlos equilibrados para que sigan proporcionándonos beneficios, al igual que aportan enormes equilibrios en nuestro ecosistema terrestre.

 

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