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Konjac. El hidrato SIN hidratos

konjac
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El konjac, Konnyaku o en su terminología oficial en japonés “(こんにゃく)” es una planta del género Amorphopallus, originario de las zonas tropicales del este de Asia.

Se utiliza desde hace más de 1500 años como alimento medicinal en la tradición japonesa. También es habitual encontrarlo en la medicina tradicional china y en ambas alimentaciones en general, no solo en la parte médica.

 

Propiedades nutricionales y aspecto del Konjac

Cuando la planta es transformada para su consumo humano, tiene un aspecto gelatinoso, viscoso y sin aroma particular.

Su composición es agua y fibra básicamente. Destacando un tipo de fibra denominada “glucomanano”, una fibra muy soluble con diversos beneficios sobre la salud. En cuanto al contenido en carbohidratos, es prácticamente nulo. Tampoco contiene proteínas ni grasas. Es decir, básicamente es FIBRA y AGUA. Es acalórico (No tiene calorías).

Gracias a este elevado contenido en fibra y agua tiene propiedades de:

  • Mejora del tránsito intestinal.
  • Pero también de mejora de los géneros de bacterias intestinales, debido a que sirve de alimento prebiótico para nuestra propia microbiota.

 

Además, existe evidencia científica de que el konjac tiene características hipolipemiantes. Es decir, es capaz de reducir el colesterol malo (LDL), así como modular la absorción de la cantidad de triglicéridos o glucosa provenientes de la dieta. De hecho, también se le atribuyen ciertas características de mejora de la glucosa en sangre.

 

Como incluir el Konjac en nuestra alimentación

Como podemos observar, son muchos los beneficios de incluir konjac en nuestra alimentación. Pero todavía son más interesantes cuando descubrimos que actualmente el konjac se vende en formatos que alimentariamente imitan las formas, texturas y sabores de determinados platos de pasta, arroz, lasagna e incluso bizcochos.

Es decir, en el mercado encontramos harinas, tagliattele, spaghetti, láminas de lasagna, arroces y otros elementos culinarios a los que estamos habituados, pero en su composición no existen harinas refinadas de cereales como el trigo, el maíz o el arroz. Simplemente tienen el aspecto de estos alimentos, pero en su elaboración se ha utilizado exclusivamente Konjac.

 

¿Y cuál es el beneficio de esto?

Que, en caso de estar siguiendo planes bajos en carbohidratos, o incluso planes cetogénicos, podemos utilizar este tipo de pasta o arroces para completar nuestras raciones de proteínas y/o verduras. Esto ayudará a tener una adherencia mucho mayor a este tipo de planes dietéticos, al poder “engañar” a nuestro cerebro haciéndole pensar que estamos comiendo una pasta o un arroz, cuando en realidad estamos introduciendo altas cantidades de fibra soluble que nos ayudarán a mantenernos saciados, además del resto de beneficios antes comentados, pero sin haber introducido prácticamente carbohidratos en nuestro menú.

 

¿Tiene alguna contraindicación?

El único detalle para tener en cuenta es que en determinadas situaciones conviene no tomar konjac. Por ejemplo, por su alto contenido en fibra puede impedir la correcta absorción de determinadas medicaciones o suplementos, por lo que convendría separar las tomas.

Además, en personas que tengan problemas intestinales como SIBO, malabsorción de determinadas fibras o gases puede empeorar los síntomas al obligar a su microbiota desajustada a que digiera cantidades elevadas de fibras solubles.

Por eso, en estos casos conviene evaluar de forma personalizada la posibilidad y/o necesidad de incluir este tipo de alimento o si es necesario corregir factores de microbiota o ajuste de pauta de suplementación antes de recomendar su consumo. No obstante, es un alimento ideal para incluir en la dieta en personas sin estos problemas, que aporta grandes beneficios sobre la microbiota y el estado metabólico, además de ser saciante y no aportar calorías.